En la búsqueda de caminos alternativos para el tratamiento de prolactinomas resistentes, se pudieron describir nuevos mecanismos biológicos en los que la acción de la prolactina tiene  gran relevancia. Los hallazgos sobre el papel de esta hormona en relación a la obesidad y la diabetes, obligan a un cambio de mirada.

El equipo del laboratorio de Regulación Hipofisaria del IBYME, liderado por la Dra. Damasia Becu de Villalobos, comenzó con este trabajo hace algunos años, a partir de una premisa conocida: en los casos en que los prolactinomas son resistentes, el gran ausente es el receptor de dopamina (RD2).

Se trabajó usando un ratón mutante generado por el Dr. Rubinstein del Instituto  de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI) en colaboración con el laboratorio de la Dra. Becu. “Buscábamos eliminar los RD2 sólo en las células productoras de prolactina”, señala Guillermina Luque, una de las autoras. Este trabajo que llevó muchos años, fue parte de la tesis doctoral de María Inés Pérez Millán, quien trabajó en la generación y caracterización del nuevo modelo animal, y actualmente cursa un posgrado en la Universidad de Michigan.

Durante la caracterización del mutante se pudo observar que las hembras tenían un aumento de peso de la hipófisis, de los niveles de prolactina en sangre y habían desarrollado prolactinomas de gran tamaño. Si bien la longitud de crecimiento corporal era normal, las hembras sorprendentemente aumentaban de peso, con importante incremento de grasa abdominal, hepática y retroperitoneal.  Se pudo observar que no había mayor producción de lípidos, lo que sucedía era que esos lípidos no se degradaban.

Estos animales tenían además la ingesta aumentada, entonces la pregunta a responder era: ¿Qué pasaba con las señales que promueven la ingesta de alimentos? “Pudimos observar un incremento en la expresión hipotalámica del neuropéptido orexigénico NPY”, nos señala Guillermina Luque.

Otra gran pregunta estaba relacionada con la diabetes. ¿Qué pasaba con la glucosa? Estos animales, mostraron que tardaban más tiempo en nivelar la glucosa en sangre. Y, en relación a  la insulina, la otra cara de la misma moneda, respondían normalmente a un estímulo, pero tenían alterado el mecanismo de su liberación por parte del páncreas.

Este trabajo publicado en la revista Endocrinology y elegido por el editor de la revista como “News and Views” del mes, ha logrado encontrar una gran variedad de acciones en las que participa una hormona a la que se la relacionaba mayormente con el embarazo y la lactancia.

Estos resultados deben ser considerados en tratamientos que incluyan el uso de medicación antisicótica por tiempo prolongado, ya que la mayoría de ellos, tienen un componente de inhibición del RD2, lo que podría explicar en algunos casos el aumento de peso y de ingesta de estos pacientes, concluyó la Dra. Damasia Becu.

 

Revista Endocrinology

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