Florencia Labombarda y Priscila Pagnotta, distinguidas por sus aportes en comunicación de la ciencia.
Se entregaron los premios “Científicas que cuentan”. Este galardón distingue anualmente a mujeres que, dentro del sector científico y tecnológico, lleven adelante una labor destacada en la comunicación pública de la ciencia, la tecnología y la innovación desde una perspectiva de género y diversidad.
El concurso es organizado por el C3, Centro Cultural de la Ciencia, junto con el Programa Nacional para la Igualdad en Géneros, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Argentina, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), junto a el Institut Français d’ Argentine y la Embajada de Francia con el apoyo de Sanofi. Este año lleva el nombre de Sara Rietti, primera química nuclear argentina.
El premio cuenta con diferentes categorías, Estímulo, Trayectoria y Comunicación en Salud – Sanofi.
María Florencia Labombarda fue reconocida en la categoría Comunicación en Salud – Sanofi, por la excelencia e impacto de sus aportes en comunicación de las ciencias de la salud que, además, manifiestan un claro compromiso social, con la comunidad, la producción de conocimiento, además de una marcada perspectiva de género.
“Doy clases hace más de 25 años y todavía hoy cuando salgo de un aula, salgo más contenta de lo que entré. Siempre me gustó comunicar lo que aprendo, y en la pandemia me di cuenta que la gente necesitaba tener herramientas para comprender cómo cuidarse y preservar su salud”, señala Labombarda, investigadora independiente de CONICET, en el laboratorio de Bioquímica Neuroendócrina. Al consultarle sobre la comunicación de la ciencia, la investigadora responde: “Yo creo que es un acto de democratización del conocimiento”, y explica que “si queremos que la ciudadanía apoye proyectos políticos que apuesten al desarrollo científico tecnológico de nuestro país, es imprescindible que sepan qué hacemos y por qué es importante lo que hacemos. En segundo lugar, vivimos en un mundo atravesado por la ciencia y la tecnología por lo tanto para entender debates actuales como por ejemplo el cambio climático, el impacto de los agroquímicos y la necesidad de la vacunación, es necesario que la gente comprenda más en profundidad esos temas y amplié su cultura científica.”
Se entregaron también nueve menciones especiales en las diferentes categorías. En la categoría Estímulo, fue destacada la tarea de Priscila Ayelén Pagnotta, becaria doctoral de CONICET, en el laboratorio de Química de Proteoglicanos y Matriz Extracelular, por su destacado trabajo en actividades de docencia, extensión y comunicación pública de las ciencias, desde diversos formatos y con un gran impacto en públicos diversos.
«A mi entender, la ciencia está constituida por tres cimientos: la investigación, la docencia y la comunicación. Sin alguno de ellos, considero que está incompleta y que no consigue cumplir su cometido”, analiza Priscila, y prosigue: “¿Qué es la ciencia si sólo tiene movilidad en un círculo cerrado? A mi juicio, la ciencia se construye por y para toda la sociedad, de manera tal que, si no es posible que trascienda las barreras de este círculo, en algo estamos fallando. Se trata de tender puentes, no para “transferir” conocimientos de manera académica, sino para construir conjuntamente los valores y criterios de la ciencia que permiten que cada persona tenga las herramientas necesarias para enfrentar con más armas ciertas situaciones sociales y culturales adversas, como puede ser una pandemia. Un puente en el cual el flujo es multidireccional, porque el enriquecimiento es para todas las personas intervinientes».