Un proyecto encabezado por la bioquímica argentina Laura Bover desde los Estados Unidos intenta aprovechar en los hospitales argentinos los anticuerpos generados por quienes se han recuperado del COVID-19, como herramienta terapéutica en casos graves de pacientes que no puedan combatirlo.

Este tratamiento, que emula el utilizado por el Dr. Julio Maiztegui hace más de 50 años para el tratamiento de la Fiebre Hemorrágica Argentina, ya comenzó a ser utilizado en otros países, y está siendo desarrollado en Argentina por un grupo de más de 50 profesionales de centros de investigación y de salud, entre los que se destaca el Dr. Gabriel Rabinovich, director del Laboratorio de Inmunopatología del IBYME.

El propio Dr. Rabinovich explicó el funcionamiento del virus y la forma de prevenirlo en un video que compartirmos por gentileza de la Fundación Sales: