Científicos explican por qué las células mieloides supresoras, que deberían defender al organismo del avance de la enfermedad, terminan ayudando a su diseminación. Además, diseñan un anticuerpo para bloquear el mecanismo.
Científicos explican por qué las células mieloides supresoras, que deberían defender al organismo del avance de la enfermedad, terminan ayudando a su diseminación. Además, diseñan un anticuerpo para bloquear el mecanismo.