Un trabajo de especialistas del CONICET revela que un circuito constituido por vesículas extracelulares plasmáticas y la proteína Galectina -1 revierte la latencia del virus de la inmunodeficiencia humana al interactuar con las células infectadas. El estudio podría ser un punto de partida para el desarrollo de terapias que permitan controlar los reservorios virales.