Palabras de la Dra. Damasia Becu, Directora del IBYME

 

Cuando llega fin de año siempre pensamos que ha sido un año largo y difícil, y que estamos cansados. Pero todos los años renace esa voz interior que nos impulsa a celebrar, a creer en un año mejor, a llenarnos de esperanza por nuevos comienzos. A brindar en comunidad, esta comunidad que nos acompañó en un 2019 lleno de sobresaltos, activo, y agotador.

Aquí estamos juntos agradeciendo el año, y en Ibyme hay mucho que agradecer. Yo no sé de dónde sacamos las fuerzas y a pesar de devaluaciones, la obra taladrando y todo tipo de dificultades el IBYME sigue avanzando. Más de cien publicaciones internacionales cada año, ya es un objetivo que se mantiene en los últimos cuatro años y nos posiciona como Institución en el mapa de la ciencia mundial, un gran objetivo que debemos mantener. Y cada vez publicando en mejores revistas lo que revela nuestro factor de impacto promedio. Yo creo que eso demuestra que los científicos amamos nuestra vocación, y seguimos nuestros sueños, vibramos con cada resultado, aunque el esfuerzo que invertimos es descomunal. En cierto modo somos una paradoja, porque el sistema nos castiga y seguimos trabajando. A la par, descubrí otra paradoja que involucra a todos en IBYME. Diciembre es el tiempo en que a las empresas y distintos lugares de trabajo reciben miles de cajas navideñas de regalo. Y medio se quejan porque es maní y no almendra garrapiñada. Todos ellos ganan en general más que nosotros, y la paradoja es que muchos en IBYME, en lugar de recibir cajas navideñas  se dedican a preparar cajas navideñas para los que menos tienen, ya sea en forma colectiva, por laboratorio o en forma personal. Otra paradoja que siempre me maravilla de nuestro querido Instituto.

Este año, con un decremento significativo en el presupuesto por parte del Estado salimos a buscar ayuda. Y la recibimos, de parte de la Fundación Barón, la Fundación Williams, la Fundación Cherny. La Sociedad de Biología. Sin ellos no habríamos sobrevivido. Nos ayudó también el crecimiento de los motores biotecnológicos de IBYME, con convenios exitosos, y el aumento creciente de prestaciones de alto nivel por parte de numerosos laboratorios. Lentamente consolidamos una transferencia de nuestros conocimientos a la sociedad, y esto a su vez apoya nuestra actividad de ciencia básica.

Y es así que en un sistema científico prácticamente paralizado, logramos finalizar el área de microscopía, ampliar áreas de laboratorios, comprar una nueva termocicladora, un sonicador de última generación (gracias Fundación Baron), una nueva consola para no pagar más leasing (gracias Fundación Cherny), un nuevo proyector (gracias Sociedad de Biología), tenemos la promesa de una lavadora de material, y una estufa (gracias Fundación Williams), de una centrífuga para cultivo (gracias Syntex). Y logramos también arreglar todos los equipos que lo necesitaban. Nuevamente nos mueve una fuerza interna: nuestro convencimiento que la ciencia es importante, que no es dispensable, que es progreso y es vida, y que es nuestro aporte a la sociedad, el aporte de todos nosotros, cada uno desde su rol es importante: Personal de Comunicación y Difusión, Recursos Humanos, Administración, Citometría, Microscopía, Mantenimiento, Informática, Bioterio, Lavadero, Biblioteca, Comité de Ética, Cicual, Limpieza, Comisión Seminarios, Comité de evaluación, Comité de Seguimiento, Ministros y Superministros de equipos, Seguridad e Higiene, Compras conjuntas, Fundraising, Solidaridad, cursos y aulas, Radioisótopos, Recepción, Vigilancia, Consejo Directivo, Dirección, técnicos, investigadores y becarios. Todos somos parte fundamental del quehacer científico.

Apostemos a un nuevo año, que siempre creemos que va a ser mejor. Empezamos con una buena señal, la restitución del Ministerio de Ciencia, que es una gran alegría para todos. Luchemos cada uno desde nuestras auténticas convicciones y respetando a los que piensan distinto, para que la ciencia sea motor de avance en Argentina.

Este año lo recordaremos especialmente por la partida del Dr. Eduardo Charreau. Para nuestro líder y maestro dedico estas palabras de Julio Cortázar del libro “Los autonautas de la cosmopista” “El dolor de tu partida no es, no será nunca, más fuerte que la vida que nos enseñaste a vivir”… en tu caso Eduardo, que el Instituto que nos enseñaste a querer, y las ideas que nos enseñaste a defender. Gracias Eduardo.

Año de despedidas. Este será el último brindis de la Dra. Romanato a quien agradecemos su profunda pertenencia al Instituto por el cual ha luchado sin pausa y con alegría, de la Dra. Gorostiaga excelente técnica que velaba por nuestros cultivos celulares. De Mónica Boggero, quien tiene puesta la camiseta del IBYME y supo ganarse nuestro cariño.

Y también el último brindis de Gabriel como Vicedirector, y mío como Directora, y recibimos a la nueva directora Victoria Lux, y al nuevo vicedirector Mariano Buffone. Gracias a todos y levantemos nuestras copas, por los que no están, los que se van y los que llegan, para hacer de ésta, una gran Institución.