En el marco de los festejos por los 55 años del CONICET, se entregó una distinción a los investigadores promovidos a la categoría Superior. La Dra. Marta Tesone Directora del laboratorio Fisiopatología Ovárica, es la primera mujer del IBYME en obtener la categoría, habló sobre lo que significa para ella este corolario de su vida académica y resalta en esta entrevista el camino recorrido.

 

¿Cuándo ingresa formalmente al CONICET?

Ingresé en el año 1981 como Investigadora Adjunta. Previamente obtuve un cargo de docente auxiliar con el cual había realizado mi Tesis Doctoral en el IBYME

 

¿Quién fue su director?

Mi director fue el Dr. Eduardo Charreau, quien confió en mí y me abrió las puertas de su laboratorio para iniciar mi trabajo de investigación. En dicho momento cursaba mi último año de la Carrera de Ciencias Biológicas de la FCEyN de la UBA. Al Dr. Charreau le agradezco profundamente que me haya dirigido, impartido sus enseñanzas y, fundamentalmente, que me haya contagiado su entusiasmo para realizar investigación científica.

 

 ¿Cómo era la vida del IBYME cuando usted comenzó su carrera?

El IBYME era el lugar de trabajo de varios grupos de investigación, dirigidos por científicos jóvenes, en su mayoría hombres, con grupos de trabajo pequeños que poseían una gran dedicación por la labor científica. Seguían el legado del Dr. Bernardo Houssay, fundador del IBYME y del CONICET quien estimuló y logró que se desarrollen grupos de excelencia científica, dedicados al estudio de distintas áreas de la biomedicina.

 

¿Cómo era, en sus comienzos, dedicarse a la Ciencia para las mujeres?

Dedicarse a la investigación científica requiere una gran vocación, horas de estudio, de trabajo, de intercambio de ideas y de discusión de los resultados obtenidos. No creo que en esto hubiese en los inicios diferencia de género, teníamos el ejemplo de brillantes investigadoras como la Dra. Christiane Dosne de Pasqualini, la Dra. Julia Uranga, la Dra. Alicia Roldán, etc.

 

¿Cómo fue el momento de armar un grupo propio y dirigirlo?

En los inicios fue la generosidad y la confianza que el Dr. Charreau depositó en mi lo que me permitieron co- dirigir a algunos de sus becarios, en particular becarios brasileros que realizaban en el laboratorio su trabajo post-doctoral. Luego fui directora de mi primer becaria doctoral del CONICET, Ruth Ladenheim, con quien creo que aprendimos juntas como era diseñar y realizar experimentos para probar las hipótesis planteadas. A partir de allí mi grupo se fue ampliando y varios de mis estudiantes solicitaron entrar al laboratorio, en un comienzo como estudiantes ad-honorem y luego lograron obtener becas o cargos docentes que les permitieron seguir formando parte del laboratorio bajo mi dirección. En ese momento, las dificultades económicas eran enormes, pero el entusiasmo y las ganas de avanzar en el camino científico hicieron que el grupo siguiera creciendo. Además, trabajar en el marco del IBYME nos daba una infraestructura y un ámbito académico de excelencia donde fue posible el desarrollo de mi grupo de trabajo.

 

¿Cuáles son los conceptos que guiaron su Carrera como investigador?

Realizar investigación científica requiere una fuerte motivación. Aunque creo que mi tarea es solo aportar un granito de arena, el concepto que me ha guiado siempre fue contribuir a la calidad y al mejoramiento de la salud humana

 

¿De las enseñanzas de sus maestros, cuales perduran y transmite usted hoy a su personal a cargo?

-Seguir conceptos éticos que conduzcan nuestro trabajo.

-Avanzar y no desanimarse aunque los resultados no sean los esperados, recordando que el comportamiento celular no depende de nuestros deseos, sino de esa maquinaria tan perfecta que genera vida.

-Ser generosos con nuestros compañeros de trabajo. El intercambio, la ayuda mutua será lo que enriquecerá nuestro trabajo y nos hará mejores personas.

-Usar la imaginación, estimular la creatividad y no ajustarse a los dogmas, recordar que la mayoría de ellos se han modificado a lo largo del tiempo.

 

¿Cuál fue su inquietud para desarrollar tanta actividad docente? En el proceso enseñanza – aprendizaje, ¿Qué recibe de los alumnos?

En un comienzo fue la forma en que pude insertarme en la comunidad universitaria y científica, empecé como ayudante de segunda siendo estudiante y ahora soy profesora. A medida que transité dicho camino, sentí grandes satisfacciones. Yo aprendía y lograba trasmitir esos conocimientos a mis alumnos. Es muy gratificante esa sensación, así como lograr el reconocimiento de ellos. También es un gran deleite generar vocaciones para realizar investigación científica.

 

En su opinión, ¿Su área trabajo es un espacio de desarrollo femenino?

En nuestro laboratorio trabajamos en reproducción femenina. Es un área donde tanto hombres como mujeres manifiestan su interés y realizan importantes aportes. Aunque podría decirse que hay un sesgo y las mujeres se interesan mucho en el tema por su condición femenina.

 

¿Qué representa para usted, llegar a la categoría de Investigador Superior?

Representa un gran reconocimiento a mi carrera científica y docente, obtener la promoción a Investigadora Superior, me ha hecho sentir una realización a nivel profesional que me impulsa en seguir adelante para profundizar mi tarea científica.

En este punto quisiera destacar que lo logré gracias a que tuve maestros que me enseñaron el camino, colegas con quienes me enriquezco con el intercambio de ideas y además que tuve excelentes discípulos que me acompañaron en este trayecto. Sin todos ellos no lo hubiese logrado, ya que la tarea del científico no es solitaria, se ensambla en una red donde se necesitan todos sus componentes para llegar a la meta deseada.

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