El trabajo identifica el papel de los macrófagos asociados a tumores como responsables de la respuesta inmune deteriorada por parte de las células citotóxicas naturales contra las células cancerosas.

 

Las células citotóxicas naturales (natural killer) o células NK son células de la sangre que cumplen un rol crucial en nuestro sistema inmune, al ser capaces de detectar células tumorales o infectadas con virus, y desencadenar una serie de procesos para eliminarlas, entre los que se incluye la estimulación de la activación de los macrófagos. Estos macrófagos, también parte esencial del sistema inmune, cumplen una doble función, pudiendo ser proinflamatorios, capaces de destruir diferentes patógenos o fragmentos de células tumorales; o antiinflamatorios, necesarios para resolver procesos inflamatorios y favorecer la restauración de los tejidos.

Pero esta doble potencialidad hace posible que los macrófagos sean utilizados por el propio tumor en su provecho, como explica Norberto Zwirner, Director del laboratorio de Fisiopatología de la Inmunidad Innata del IBYME: “Los tumores, aprovechando esta plasticidad de los macrófagos, promueven que éstos, en lugar de convertirse en células destructoras de tumores, se conviertan en aliados, creando un entorno favorable al crecimiento del tumor y desfavorable para otras células del sistema inmune. Por ello, a este tipo de macrófagos se los ha denominado macrófagos asociados a tumores (TAM), y constituyen una especie de escudo protector para que las células tumorales resistan el ataque de otras células del sistema inmune”.

En base a ello, esta investigación trabaja sobre la hipótesis de que los macrófagos asociados a tumores son capaces también de afectar negativamente a las propias células NK que deberían eliminar a las células tumorales.

Gracias a una colaboración con el CEMIC y el Hospital Alemán, el laboratorio de Fisiopatología de la Inmunidad Innata del IBYME trabajó con muestras de tejidos con carcinoma renal de células claras, confirmando que estos macrófagos influenciados por los tumores efectivamente afectan a las células NK, impidiéndoles realizar su función de eliminación de las células tumorales. “Nuestros estudios indican que las líneas de investigación de nuevos tratamientos contra el cáncer que tratan de re-educar a los macrófagos para que, en lugar de favorecer al tumor, favorezcan al sistema inmune, podrían resultar en el desarrollo de compuestos/fármacos que revitalicen a las células NK y permitan que ejerzan su función de eliminación de tumores de una manera óptima”, explica Zwirner, y concluye que ”las investigaciones orientadas hacia el desarrollo de compuestos que promuevan la reconversión de los TAM en células antitumorales impactará favorablemente en las células NK y sus funciones, porque se habrá debilitado un mecanismo de resistencia de los tumores al embate del sistema inmune”.

Además, Zwirner destaca la importancia de la colaboración entre médicos e investigadores en este campo de las ciencias biomédicas: “Desde hace años llevamos adelante una cooperación exitosa con los equipos de los Dres. Agustín Rovegno del CEMIC y del Dr. Carlos Ameri del Hospital Alemán, y destaco el compromiso y seriedad de cada uno de los integrantes de esos equipos, porque coordinar el acceso a las muestras no es tarea sencilla y requiere de una organización logística que sin ese compromiso no sería posible”.

 

Sobre trabajo:

Tumor-associated macrophages impair NK cell IFN-γ production and contribute to tumor progression in clear cell renal cell carcinoma
Sol Yanel Núñez, Aldana Trotta, María Victoria Regge, María Sofía Amarilla, Florencia Secchiari, Jessica Mariel Sierra, María Cecilia Santilli, Mariana Gantov, Agustín Rovegno, Nicolás Richards, Carlos Ameri, Hernando Ríos Pita, Luis Rico, Mauro Mieggi, Gonzalo Vitagliano, Leandro Blas, Adrián David Friedrich, Carolina Inés Domaica, Mercedes Beatriz Fuertes, Norberto Walter Zwirner
https://doi.org/10.1002/eji.202350878