El 21 de septiembre fue, desde los comienzos del IBYME, una fecha importante.

Quienes tuvieron la suerte de compartir la labor cotidiana con Don Bernardo Houssay, recordarán hoy el día del estudiante de esos años, y la relevancia que el fundador de nuestra casa le daba. Era “El Día Libre”. Su agenda, las bitácoras de viaje de Doña Angélica, su esposa, como el relato de sus discípulos son pruebas testigo de su trabajo, sin horarios, ni feriados. Pero el día del estudiante tenía para el Dr. Bernardo A. Houssay una importancia única.

Quizás por su particular visión sobre la juventud, como portadores del espíritu necesario para lograr a futuro las cosas que todavía estaban pendientes; tal vez por ser él, un estudiante incansable.

“Hombre de definiciones perfectas”, sostienen sus hijos intelectuales. Enseñó el método a sus discípulos, soñó instituciones que concretó. Generó políticas, diseñó proyectos; escuchó, compartió, disertó. Fue político, docente, crítico. Tenaz, recto.

Lector como pocos, maestro de muchos.

Desde 1971, el 21 de septiembre tiene una connotación especial. Recordamos la partida del fundador de nuestra casa. Un hombre creativo que supo hacer de su ciencia un modo de vida, un desafío permanente, no solo para él, sino para todos los que hoy siguen su camino.

 

 

Lic. Flavia M. Hernández

0