Laboratorio de Células Madre

Las partes del cuerpo que se dañan se reparan gracias a las células madre, una especie de “caja de herramientas” presta a reemplazar los tejidos dañados o muertos. Esta capacidad de reparación está dada por la interacción controlada entre las señales intrínsecas, que están genéticamente determinadas, y aquellas provenientes del entorno (llamado microambiente) en que se alojan las células madre. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, las células madre pueden funcionar de modo aberrante, ya sea independizándose de las señales del microambiente o bien respondiendo a ellas de forma desregulada y generar situaciones patológicas, como el cáncer. Sí, los tumores tienen células madre, llamadas células madre tumorales, con propiedades bien definidas y son las que se consideran responsables de perpetuar el tumor y de la falla de los tratamientos oncológicos convencionales.

“En nuestro laboratorio, estudiamos los mecanismos intrínsecos (que son los propios de la célula) y extrínsecos (provenientes del microambiente) que promueven o facilitan la aparición de células madre tumorales en cáncer de mama, y entre ellos estudiamos si alteraciones en el metabolismo del colesterol pueden promover que estas células madre tumorales aparezcan con mayor frecuencia”, explica el Dr. Luciano Vellón, Investigador Adjunto de CONICET.

El grupo de investigación se centra en el colesterol por su rol de lípido (grasa) esencial. Los tejidos animales en crecimiento lo incorporan de la dieta y lo utilizan para la síntesis de membranas, mientras que la síntesis de cero está restringida a ciertos tejidos (hígado, tejido adiposo y glándula mamaria durante la lactancia). Particularmente, las células tumorales requieren grandes cantidades de colesterol que satisfacen, o bien aumentando su incorporación de la dieta, o bien activando la fabricación propia (síntesis) de ácidos grasos y de colesterol, resultando en alteraciones complejas de los lípidos circulantes en los pacientes afectados.

El grupo de investigación desarrolló modelos de células tumorales de mama editadas genéticamente que producen más colesterol, para estudiar posibles alteraciones en el metabolismo y posibilidades de tratamiento con terapias anti-colesterol, principalmente estatinas. Con el uso de estos modelos, han descubierto que la alteración que hace que se produzca más colesterol, facilita que esas células se “conviertan” en células madre tumorales. De este modo, postulan que fármacos como las estatinas bloquearían dicha conversión, impidiendo la aparición de las células madre tumorales, que son las responsables de la falla de los tratamientos convencionales.

En colaboración con otros investigadores y médicos, el grupo estudia bases de datos de pacientes con cáncer de mama. Esto les permitió demostrar que, al menos en grupos acotados de pacientes, el tratamiento con estatinas está relacionado con un mejor pronóstico de la patología.

“Una ventaja de estudiar alteraciones del colesterol en cáncer de mama, es la posibilidad de reposicionar medicamentos como las estatinas para su eventual uso en terapias anti-cáncer, o mejor todavía, anti-células madre tumorales. El reposicionamiento consiste en el uso oncológico de medicamentos de uso corriente en otros campos médicos y, teniendo en cuenta el ahorro en costos de desarrollo, la disponibilidad y perfiles de seguridad conocidos, es una alternativa más que interesante para encontrar nuevas opciones terapéuticas, especialmente en países como el nuestro, con serias restricciones presupuestarias para la salud pública. Adicionalmente, dado que la mayoría de las terapias convencionales contra el cáncer dejan intactas a las células madre que luego serían capaces de regenerar el tumor, es de fundamental importancia el estudio de estas células para el desarrollo de terapias más efectivas”, concluye el Dr. Vellón.

  • Las terapias convencionales atacan la masa del tumor en división rápida (en blanco y azul), pero dejan intactas las células madre tumorales (CMTs), (en rojo) que luego son capaces de regenerar el tumor. Idealmente, una terapia (posiblemente anti-colesterol) que impida la aparición de las células madre tumorales (CMTs) las eliminaría, evitando que el tumor se regenere.
IMAGEN: Gentileza investigadores del grupo.